Balance
A pesar de sus diferencias, parece que los tres principales grupos políticos en el Congreso, Fuerza Popular, Frente Amplio y Peruanos por el Kambio, enfrentan hoy un dilema similar. Los tres tienen un camino que podríamos llamar instintivo, seguro, para los próximos cinco años. Una estrategia que los mantiene en su zona de confort pues responde a sus votantes de primera vuelta y se ajusta bien a su trayectoria política. Al mismo tiempo, parece que acomodarse en dicha zona es insuficiente, hasta riesgoso, para sus objetivos de mediano plazo.
Por el lado del Frente Amplio hay una construcción de identidad en curso. Si no triunfa el sectarismo suicida que asoma en estos días, la izquierda cuenta con una lideresa popular con excelente proyección. Están construyendo una marca que, creo, también puede servirles en elecciones locales: una opción crítica al modelo que recoge agendas postergadas, como el ambientalismo, los derechos humanos y la lucha contra la corrupción. Si logran superar sus tensiones internas, hay un horizonte prometedor.
Sin embargo, una estrategia de simple continuidad puede ser insuficiente para ampliar su convocatoria. La elección presidencial mostró flancos débiles resaltados por sus rivales: dudas sobre su capacidad de gestión, indefiniciones democráticas, e injustas acusaciones de simpatía con la violencia que tuvieron pegada. Pareciera que esta continuidad, que brinda identidad, debe ser balanceada con novedad, temas atractivos para votantes urbanos, nombres con experiencia de gestión y capacidad de romper el sectarismo. Dejar el semblante adusto por uno más convocante.
El fujimorismo, por su lado, ha logrado bastante en estos años explotando un discurso crítico, reactivo. Ha revitalizado su legado pragmático, de mano dura y promesa clientelar, atractivo para distintos sectores del país. Y la popularidad de Keiko Fujimori, sumado a este pragmatismo, ha permitido atraer candidatos regionales competitivos, logrando el control del Congreso. Contra lo señalado por otros analistas, dudo de que haya deserciones si la intención de voto de Fujimori se mantiene en más de 20%-25%.
Al mismo tiempo, pareciera que hoy requieren más que eso, especialmente si tras dos derrotas Keiko pierde novedad. Así como el Congreso da posibilidades, también trae responsabilidades y evidencia carencias. Pareciera que necesitan una agenda con algo más que reacción, escapar de ese pragmatismo que hasta ahora les ha resultado útil. Sus nuevos voceros, antes que renovar su discurso o reducir el antivoto, se mantienen iguales o más conservadores. También parece necesario que piensen un nuevo balance entre lo viejo y lo nuevo, el anti-Humala no basta.
A Peruanos por el Kambio el instinto podría llevarlos a lo que claramente ha sido el perfil de su líder: un gobierno tecnocrático, pragmático que gobierne centrado en la gestión, obras, y una agenda de crecimiento económico. Es decir, muy similar a los últimos gobiernos. Por la forma en que han iniciado su gestión pareciera que decidieron escapar en algo a esta zona de confort, al parecer entendiendo que ese estilo no les ha funcionado a los gobiernos anteriores. Algunos gestos desde el 28 de julio, y, por otro lado, una serie de eventos con los que se han topado y aprovechado, les han permitido romper con la imagen de una derecha ajena a temas sociales y liberales. Una posición que, creo, resulta cómoda en el escenario actual.
Al mismo tiempo, este grupo político también tendrá que aprender a vivir en un malabarismo constante para mantener esa popularidad que les da tranquilidad, especialmente para evitar el rápido desgaste de los tres últimos gobiernos. No puede pelear directamente con el fujimorismo, pero tiene que recordarnos por qué se diferencian. No puede ser otro gobierno de derecha tecnocrático, pero no puede abandonar a su base de apoyo de primera vuelta. No se observa una opción clara de construcción partidaria, pero es muy riesgoso dejar sin horizonte a su grupo parlamentario o ceder espacio en la elección regional. Y si bien su fuerza electoral está en Lima, le va quedando claro que necesita estar cerca de las regiones para ganar oxígeno.